Abrió las intervenciones el proyecto Apadrina un Olivo, iniciativa radicada en Oliete que a través de la recuperación de olivos, logrado con el apadrinamiento de cada uno de ellos, consigue reactivar la economía local al tiempo que se recupera el paisaje centenario.
A continuación participó Ignacio Urquizu, diputado del PSOE en el Congreso de los Diputados, por la provincia de Teruel. Se presentó y expuso que tenía interés en escuchar las aportaciones e informaciones del resto de ponentes para utilizarlas en la elaboración de propuestas parlamentarias destinadas a combatir la despoblación.
Su aportación fue el establecimiento de los tres pilares necesarios para mantener la población rural con la que cualquiera es capaz de estar de acuerdo: empleo, servicios y la voluntad de vivir en un pueblo. Esto, que puede parecer de Perogrullo, es la base de cualquier política realista para frenar la sangría demográfica. La cuestión es hacer todo ello efectivo, siendo el último punto el más ligado a un cambio de social y de mentalidad.
Félix Rodrigo plantea su ponencia como una visión macro, ignorando lo que denomina micro-micro, lo que le lleva a la lucha dialéctica entre urbano-rural, sin posibilidad de entendimiento ni codependencia, sino simplemente como un enfrenamiento irreconciliable entre enemigos.
Comenzó haciendo una retrospectiva de la evolución de la migración de los pueblos a las ciudades con explicaciones que obvian, entre otras cosas, la evolución demográfica natural asociada los procesos de industrialización que a nivel mundial se vienen dando desde el siglo XVIII hasta hoy, para continuar exponiendo cuestiones con las que es fácil estar de acuerdo como es que el entorno rural, por su propia naturaleza provee de energía, agua, alimentos, etc, a los entornos urbanos (tampoco menciona que las ciudades proveen de servicios que por su especificad no pueden estar más que concentrados en pocos lugares con gran masa poblacional), y termina buscando epatar a la audiencia denominando “limpieza étnica” la sustitución de los habitantes autóctonos de los pueblos por aquellos que quieren ir a vivir allí, cuando los naturales del terreno se han marchado voluntariamente.
Su única solución pasa (expuesta de varias maneras que siempre llevan al mismo lugar) por la movilización social rural contra “los políticos” (olvidando que estos también existen en lo rural y su firme compromiso con las soluciones) que lleve a una confrontación abierta y los obligue a cambiar el sistema productivo actual por otro en el que se busque, entre otras cosas, el autoabastecimiento y la recuperación de especies silvestres con aplicaciones alimentarias (sin consultar a los que viven en los entornos rurales si están dispuestos a retroceder 50 años en sus condiciones de vida materiales). Esta intervención es un ejemplo de las soluciones que desde las ciudades se quieren imponer sin contar en absoluto con la participación en la elaboración de las mismas de los que deben ser sus protagonistas reales.
Tras él le toca el turno a Ofycumi, que en la persona de su gerente, José Manuel Llorens, hace su intervención. Aprovechando las intervenciones anteriores cambia el guion que portaba para tomar esas mismas aportaciones hilándolas para relacionarlas con los logros obtenidos por el GAL Ofycumi, sin antes dejar de explicar en qué consiste los GAL/GDR, su extensión en España, su naturaleza y características, destinando esta información a los neorurales presentes en la sala, con los que posteriormente habló personalmente, ampliándoles lo dicho y orientándolos para lograr su asentamiento en el mundo rural tal y como desean.
A la vuelta de la pausa interviene Ramón Millán, Presidente de la Exma. Diputación de Teruel que hizo una introducción basada en problemáticas actuales y su experiencia personal, profesional y política previa respecto a ellas. Desgranó varias propuestas efectivas y realistas, puestas sobre la mesa desde la institución que preside (tras hacer hincapié que ya basta de diagnósticos y estudios, cuando los problemas son de sobras conocidos y las soluciones también), y algunas que pretende poner en marcha, encontrándose con trabas de variado tipo, no siendo la legislación la menor (en este punto hubo acuerdo ya que por parte de ponentes y asistentes se puso de manifiesto varias veces anteriormente).
Nuria Ros, de Cámara de Comercio de Teruel explicó la iniciativa Multi Servicio Rural, que desde hace años ha conseguido proveer de servicios de bar-restaurante, tienda y/o alojamiento turístico en municipios donde no había o iba a desaparecer. Estos resultan de utilidad máxima para conservar no solo la población sino los servicios de proximidad y los lugares de sociabilidad esenciales. Destacó los 62 centros existentes en la actualidad y las cuatro patas (asimilándolas las mismas al símil de una silla) sobre las que se asienta la propuesta: gestión, colaboración público-privada, promotor y población, destacando que fallando cualquiera de ellas el proyecto suele fracasar, siendo la gestión y la población las patas más inestables.
Concluyó las intervenciones Aurelio García de ENSEPI (Escuela de Negocios del Pirineo). Hizo aportaciones muy prácticas, poniendo como ejemplo esta iniciativa, creada conjuntamente a Barrabés para dinamizar su zona de origen. Puso de manifiesto como la administración educativa interfirió con una propuesta efectiva debido a la incomprensión de la realidad rural y sus necesidades. Puso de manifiesto cómo es posible hacerse desde lo local totalmente global y explicó dos iniciativas (Patata de Chía e Isorigué) la primera basada en la recuperación de un cultivo de patata en altura, con un producto de gran calidad y la segunda en el pastoreo de vacas en la montaña a través de drones.
Como resumen podemos decir que el encuentro fue interesante, puesto que aun con las propuestas menos prácticas y alejadas de la realidad rural, resulta confortante comprobar que el diagnóstico del problema ya está efectuado y es certero, y que existe comunidad de ideas y acción entre los poderes políticos locales y los técnicos y la población.