No hay ninguna otra entidad en el medio rural que represente mejor a la sociedad civil que los grupos de acción local.
Aunque limitada a la aplicación normativa de la política de desarrollo rural y a los márgenes que impone principalmente la normativa comunitaria, y a que los proyectos que se aprueban tienen que pasar un informe de elegibilidad administrativa favorable del Gobierno de Aragón, puede que se trate de una de las pocas experiencias, quizás la única, de participación pública en las que la sociedad civil tiene mayoría en un ente (el Grupo Leader) que gestiona un presupuesto público y puede imponer criterios de aplicación de la financiación.
Esa potencialidad de los Grupos es aprovechada por estos, en la medida de sus posibilidades, para tomar iniciativas en otros campos, lo que amplía y complementa la función del Grupo como dinamizador y como aglutinador de voluntades.