El paso martes 17 de Junio, Monreal del Campo acogió el acto de entrega simbólica de los Premios Gloria Villalba, una iniciativa enmarcada en el proyecto de cooperación Leader Jóvenes Dinamizadores Rurales, coordinado por el grupo de acción local CEDEMAR, que reconoce y visibiliza iniciativas impulsadas por jóvenes en el medio rural aragonés.
La convocatoria ha resultado un rotundo éxito, con 10 proyectos ejecutados sobre turismo sostenible, patrimonio histórico y cultural, sensibilización medioambiental y trabajo intergeneracional, que han involucrado a más de 200 jóvenes en las tres provincias aragonesas. Todas las propuestas han tenido un impacto positivo y tangible en sus comunidades locales, demostrando el compromiso, la creatividad y el potencial transformador de la juventud rural.
El acto de entrega de los premios cerro el final de la primera edición, un proceso que ha durado 10 meses y que ha mantenido el territorio rural aragonés vertebrado y trabajando en red en torno al emprendimiento social y a la participación juvenil.
Miguel Ángel Lafuente, Director General de Relaciones Institucionales, Acción Exterior y Transparencia, compartía durante el evento una necesidad y un compromiso con el territorio: “el mundo rural es para el LAAAB un eje fundamental, por eso lo hemos incorporado una línea estratégica dentro del plan de gobiernos transparentes que estamos desarrollando. Colaborar en este tipo de acciones nos da la oportunidad de descentralizar y reforzar la labor de quienes viven y trabajan en lo local.”
En este sentido, Sara Anés, Coordinadora del CIT de Teruel, apuntaba que “el apoyo al emprendimiento joven en el entorno rural es una cuestión de oportunidad y una necesidad estratégica para el futuro de nuestros pueblos. Los Premios Gloria Villalba son un reconocimiento, además de una invitación a seguir creando, a seguir soñando desde lo local. Reconocer el talento joven en nuestros municipios es poner en valor la capacidad de la juventud para resolver retos concretos del territorio, desde una mirada comprometida y profundamente arraigada en su entorno».
La jornada continuó por la tarde con actividades orientadas a la reflexión y el conocimiento del entorno. Se dedicó un espacio a descubrir la comarca del Jiloca con una visita al Museo del Azafrán, seguida de un momento muy especial con la actriz María Sancho, cuya interpretación sirvió de punto de partida para debatir sobre la despoblación y sus efectos. Además, los y las jóvenes participaron en un World Café, un formato participativo donde compartieron sus opiniones sobre la vida en sus pueblos, identificaron necesidades, propusieron soluciones y debatieron sobre cómo mejorar el territorio que habitan.
Tras este cierre de edición, el equipo organizador se toma un merecido descanso para retomar fuerzas de cara a la segunda convocatoria, que arrancará tras el verano con nuevos procesos de formación en las aulas, selección de proyectos, ejecución de iniciativas y un nuevo encuentro final.