Adecobel señaliza y coloca los paneles de los tres Senderos por la igualdad que discurren por seis pueblos del Campo de Belchite
Los paneles de los tres Senderos por la igualdad que ha promovido Adecobel en el territorio y que forman parte del proyecto de cooperación Concilia ya han sido colocados en los seis pueblos que se han integrado en estas rutas senderistas: Lécera, Letux, Lagata, Samper del Salz, Moyuela y Plenas.Las rutas, cuyos detalles y fotografías ya se pueden visualizar en la red especializada Wikiloc, toman nombres de mujer para poner en valor su legado y trabajo por la conservación, cuidado y custodia del medio natural. A partir de ahora, estos caminos ya se pueden recorrer a pie.
Adecobel organizará tres rutas senderistas inaugurales este mes de noviembre. El 19 de noviembre se inaugurará el sendero de Letux-Lagata-Samper; el 20 de noviembre, el de Lécera y el 26 de noviembre, el de Moyuela-Plenas.
Senderos por la Igualdad en Campo de Belchite:
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- Lécera. Blanca Catalán de Ocón.
Blanca Catalán de Ocón (1860-1904) fue la primera mujer que ejerció la botánica en España. Nació en Calatayud (Zaragoza) pero desde pequeña residió en Monreal del Campo (Teruel), provincia en la que desarrolló su profesión. Bajo la dirección del canónigo y botánico de Albarracín Bernardo Zapater, realizó un herbario con plantas de la zona -algunas de ellas desconocidas-. Sus trabajos, que se publicaron en todo el mundo, se convirtieron en referente científico y se incluyeron en las principales obras que recopilan la flora de nuestro país. El botánico alemán Heinrich Moritz Willkomm y el botánico aragonés Francisco Loscos Bernal, entro otros, reconocieron su trabajo y la consideraron la primera botánica española. Este Sendero por la igualdad rinde homenaje a una mujer que dedicó toda su vida a dar a conocer su territorio. Una defensora de la naturaleza y de su conservación, que catalogó de forma exquisita el medio del que se rodeó a partir de su flora. La ruta, que se inicia en la Bodega Cooperativa Nuestra Señora del Olivar de Lécera, hace un recorrido circular que muestra la identidad de la localidad, combinando el paisaje estepario con el viñedo y las bodegas. Llega a la balsa de la Merla y pasa por la ermita de San Jorge.
- Lécera. Blanca Catalán de Ocón.
- Letux-Lagata-Samper. Las Agosteras.
Las Agosteras es el nombre que toma este Sendero por la igualdad que discurre por por la ribera del río Aguasvivas de Letux, Lagata y Samper del Salz. Esta ruta circular rinde homenaje a todas las mujeres que, a lo largo de los siglos, han trabajado en las labores del campo y siempre lo han hecho en la sombra, para ayudar a los hombres en los momentos de más carga de trabajo y, generalmente, sin recibir ningún tipo de recompensa económica ni reconocimiento personal. Aunque el término “agostera” se refiere particularmente a personas que trabajaban “a jornal” durante el mes de agosto coincidiendo con la temporada de la siega, en este territorio se utiliza de forma más general y se asocia a todas las actividades agrarias e incluso ganaderas. Estas mujeres “agosteras” han sido las responsables de que hoy en día continúe habiendo vida en nuestros pueblos, custodiando el territorio e inculcando a sus hijas el respeto por la tierra y por el medio. Hoy, algunas de esas hijas, son agricultoras y también a ellas va dedicado este Sendero por la igualdad, para que sigan trabajando estos campos con mimo, pasión y respeto.
- Moyuela- Plenas. Las Esbrinadoras.
Esbrinadoras es el nombre que recibían las mujeres que se dedicaban a separar la hebra roja o pistilo con tres estigmas del azafrán del resto de la flor, una actividad destacada en la economía local de Moyuela y Plenas hasta finales del siglo XX. Este Sendero por la Igualdad reconoce la labor silenciosa de todas las mujeres que participaban en estos trabajos y conseguían dar salida al conocido como ‘oro rojo’, cuyo cuidado y recolección no ha evolucionado prácticamente nada en miles de años. El azafrán, uno de los cultivos más antiguo de la humanidad de origen asiático, llegó a Aragón con la ocupación árabe y su alta rentabilidad propició su extensión por las zonas más altas de las provincias de Zaragoza y de Teruel. Su producción suponía un ingreso extra para las familias y eran principalmente las mujeres y las niñas y niños de la casa quienes se encargaban de la tarea previa a su venta: de esbriznar o, como se dice popularmente en la zona, ‘esbrinar’.